Fui a una universidad de todas las mujeres por mi licenciatura. Durante esos cuatro años, mi identidad masculina fue cultivada y alimentada por una comunidad de mujeres queer. Dejando la universidad, me encontré teniendo que hacer concesiones por mi masculinidad en un cuerpo femenino presente. He pasado cuatro años sin tener que explicar mi masculinidad a los demás. Pero tuve que vivir en este mundo, en esta vida de contradicción constante entre quien me vi para ser y quien el mundo quería ser. Traslado tanto física como emocionalmente, me permitió tomar una posición fuerte, la vida larga para mantener y seguir creciendo en mi identidad masculina. Ahora, no es una pregunta, soy un transman masculino y la sociedad tiene que agarrarse con eso, no yo.