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Mi profesor de inglés de la escuela secundaria asignó a mi clase un artículo sobre Rocco Kayiatos, quien se hacía llamar Katastrophe en ese momento. Todavía no tenía un lenguaje para mi transidad, ni siquiera me consideraba trans. Pero algo en el hecho de que mi profesor vio algo hermoso y valioso en Rocco, me ayudó a verlo en mí mismo como un joven queer. Rocco y yo nos conocimos más tarde en la universidad y todavía estamos en contacto hasta el día de hoy. Su existencia y supervivencia han sido un raro destello de cómo podría ser mi futuro y estoy agradecido de envejecer junto a él.

Creo que en realidad fue cuando era muy joven, antes de sentir demasiada presión para ajustarme a las expectativas de mi género asignadas al nacer. Veía a mi abuelo afeitarse la cara todas las mañanas cuando tenía alrededor de 4 o 5 años y yo también tenía muchas ganas de afeitarme la cara. A veces incluso me ponía crema de afeitar en la cara. Creo que mirándome al espejo y haciendo eso con él, podría verme como trans masculino. Incluso cuando ni siquiera era consciente de lo que eso significaba o era. No entendí ni descubrí mi transidad hasta mucho más adelante en mi vida, pero muchos momentos de mi infancia fueron portales a lo que me deparaba el futuro, simplemente no lo sabía entonces.

El momento fue cuando vi la portada de una revista Teen Cosmo donde decía “Yo era una niña” y la persona en la portada había comenzado su transición, su nombre era Lace y tenía que contactar a esta persona sin importar nada, y lo hice. Fue entonces cuando escuché por primera vez el término "transgénero" y Lace tuvo la amabilidad de guiarme a través de los pasos que debía seguir para llegar a donde estaba en ese momento. Crecí con muchos desafíos y contratiempos, pero tan pronto como comencé a abordar mis necesidades, el deseo de adormecerme y escapar disminuyó lentamente.

Vi por primera vez mi futuro como hombre trans cuando vi vídeos de un compositor griego llamado «Yianni» en la década de 1990. Me gustaba la forma en que se vestía Yianni y quería ser como él cuando fuera grande. Con el paso de los años, también ví a los hombres trans que vi en la revista OP como modelos a seguir para mi transición.

Cuando era niño, anhelaba tener el pelo corto. Esto fue recibido con dudas, pero conseguí lo que quería un par de veces. Aun así, no me sentía correcto. Me llevó años averiguar por qué.

Los cortes siempre fueron diseñados para «niñas» o «mujeres». Incluso siendo una persona queer, eso no me quedaba bien. Avanzamos rápidamente hasta 2018:había estado cuestionando mi identidad de género cuando me lancé y concerté una cita en un salón afirmante de género. Ya es bastante difícil para mí encontrar a alguien que pueda peinar mi cabello rizado y mucho menos de una manera que afirme mi género, pero tuve mucha suerte. Mirarme al espejo después del corte casi me hizo llorar porque por primera vez me sentí como yo. Más tarde me encontré con el término trans masculino que encajaba, bueno, perfectamente.

Tenía 18 años, apenas faltaba un mes para graduarme de la escuela secundaria. Había estado fuera como trans durante aproximadamente 2 años en este punto. Sentía muchas cosas…esperanza, desesperanza, preocupación, valentía, descuido. Luché por aceptar mi identidad y hacer frente a la discriminación. Era un niño asustado: 18 años, pero aún era un niño. Mi terapeuta me estaba ayudando a hacer malabarismos con todas las emociones conflictivas y a darle sentido a todo. Sabía que quería comenzar con T. Localizamos una clínica LGBTQ+ a unas 2 horas de distancia donde me podían evaluar para la TRH; algo que deseaba tanto.

Unas semanas más tarde, estaba en un tren que se dirigía a la ciudad para mi primera cita y mi primera receta de TRH. Recordé sentirme ansiosa, luego abrumada por la esperanza y la emoción por primera vez en mucho, mucho tiempo. Me imaginé mi yo futuro; ¿cómo se vería? ¿Tendría barba? ¿Una voz ronca? ¿Seguiría viniendo un cambio de nombre, o tal vez una mirada a la cirugía superior? Las posibilidades finalmente se sintieron infinitas. Podía ver el futuro; mi futuro como un hombre transgénero, feliz y resistente, y ya no tenía miedo.

Empecé a explorar la manera de sentir más presente en mi cuerpo día a día.

Como niño, nunca dudé de la manera en que otros se presentaron libremente, pero siempre me preguntaba cómo me presentaba y cómo no me sentía conectada la feminidad hasta que me pusiera en contacto con mi masculinidad.

El primer momento que me vi como un trans hombre es cuando vi el Fantasma de Fantasma de la ópera. Él describió tan bien mis condiciones bipolar y esquizofrenia. Yo me llamé después de él. Erik está vivo.

A pesar de que salí en la prepatoria, realmente vi mi futuro cuando pude ponerse en los t-shots. La transición médica tenía muchos baches para mí, y para ver finalmente los cambios que quería ver fue eufórica. Realmente me ayudó a imaginar cómo se vería el resto de mi vida, donde se me pudo ver cómo esté.

Sabía que era diferente como niño pero nunca vi mi futuro como hombre trans hasta tener 30 años. Decidí escaparme de mi matrimonio abusivo y vivir mi verdad.

El primer momento en que pude ver mi futuro como hombre trans fue cuando tenía 17 y fui a mi primer centro LGBTQ. Recuerdo que mi mejor amigue vino conmigo e hizo todas las preguntas que yo tenía miedo de hacer. Nunca había tenido a alguien que afirmara mis sentimientos de esa manera, hasta ese día, y que también me ayudara a entender cuál era realmente mi identidad trans. Tener a mi mejor amigue ahí para apoyarme realmente me dio la confianza que necesitaba para vivir plenamente en mi verdad.

La primera vez que me vi como una persona trans masculina fue de niñe. Usaba estos overoles todo el tiempo y, a medida que crecía, seguí sintiendo mayor felicidad cuando me revelaba contra lo que se esperaba que debía llevar puesto.

Tuve una sesión con mi sanadora que me hizo profundizar. Ella compartió conmigo que tan joven como el tercer trimestre en el útero de mi madre, tomé la decisión de nacer mujer al nacer para convertirme en un hombre trans no binario. Fue entonces cuando supe la verdad. Antes de eso, iba y venía y negaba o dudaba. A partir de ese momento, cuando me conecté con la versión feto de mí mismo, supe con certeza que soy un hombre trans no binario.

Para mí, no fue un gran evento. Creo que estaba en sexto grado en ese momento, así que no tenía más de 13 años. Todo lo que recuerdo es hablar con une amigue en línea por Skype que me explicó que era ser transgénero y me contó sobre su experienca. Mientras le escuchaba, me di cuenta de que yo también era trans, y lo acepté instantáneamente. Desde entonces me identifico como hombre y siempre me emocionó la perspectiva de convertirme en un hombre trans. Todavía no he comenzado la transición, pero la espero con ansias todos los días.

(Él, Cualquier pronombre)

Creo que siempre he sido como soy. Simplemente no tenía las palabras para ello hasta que fui mayor. Cofundó la Alianza Gay Heterosexual de mi escuela secundaria cuando era adolescente y creo que finalmente me ayudó a ser parte de una comunidad que podía entender algo de lo que estaba pasando.

El contestar esta pregunta es un poco loco, porque sinceramente antes de transicionar, no había tenido una visión de mi futuro yo. Una vez cuando tenía dos años en mi transición médica, me vi en el espejo y el mundo se detuvo por un momento porque sentí que una ola de alineación y paz se apoderaba de mí. Ahora me estoy enseñando a mi mismo que puedo tener cualquier futuro que quiera crear, y no estoy limitado a vivir en soledad.

Los primeros años que estuve en comunidad con otras personas trans y trabajando en mi propia identidad de género, la mayoría de las narrativas trans masculinas que encontré provenian de contextos negros o blancos. Si bien me sentí inspirado y estas historias resonaron mucho conmigo, el ser un hombre se presentó de una manera bastante binaria que no era consistente con mi experiencia y no podía mapearse claramente en mis etnias. No fue hasta que vi un documental llamado Kumu Hina en 2014 que cuenta la historia de Hina Wong-Kalu, une maestre y practicante cultural native de Hawái que es māhū, una palabra que se traduce como "medio", que comencé a creer que había un camino culturalmente específico y posible para que me diera cuenta y abrazara la masculinidad. Tomaría algunos años más identificar las formas en que quería encarnar eso, pero aprender sobre la historia de Hina y su trabajo fue sin duda un momento decisivo en el "convertirme" en mí para mí.

Cuando salí por primera vez de mi país de origen, donde es un crimen ser queer/trans, con más leyes en camino que van a limitar nuestra existencia y presentación.

En 2011, busqué en google si era posible que una mujer se convirtiera en hombre y encontré un video de YouTube de un hombre trans famoso y fue entonces cuando me di cuenta de que era posible para mí.

No hubo representación de hombres trans en mi vida hasta hace 10 años más o menos. En mi infancia, nunca vi mi vida como un rol que pertenece a la mayoría de las mujeres cisgénero. En mi infancia me veía a mí mismo como un hombre. No fue hasta que descubrí una comunidad de hombres trans en YouTube. Retransmití la mayoría de las historias. Solía creer en esta ideología de que estoy atrapado en el cuerpo equivocado. Sin embargo, últimamente me di cuenta de que nací transgénero. No hubo ningún incidente o experiencia relacionado con el trauma que me haya llevado a este punto, esto es lo que siempre he sido.

Aún estaba encerrado(en el closet) y asistía a la universidad. Tenía un curso relacionado con la biología donde mi profesore era transgénero. Mi profesore fue la primera persona abiertamente transgénero que conocí en mi vida. Elle había hecho la transición un poco más adelante en la vida, pero había seguido adelante, con una carrera maravillosa y siendo genuinamente une excelente mentore y maestre. Fue una comprensión lenta en el transcurso de los dos semestres que asistí a su clase, pero realmente comencé a hacer planes para mi futuro en lugar de asumir que sucumbiría a mi depresión bastante grave y otros problemas de salud mental. Finalmente, todo quedó claro para mí cuando me transfirieron a la universidad y decidí cortarme el cabello y usar una carpeta por primera vez. Me puse mi camiseta favorita y lloré cuando finalmente me vi a mí mismo y que lo iba a lograr.

Durante la cena, une amigue me dijo casualmente “sí, creo que eres trans”. Ni siquiera había pensado que esa fuera una posibilidad. Sabía que no me sentía mujer. Pero no sabía que podía ser un hombre.

(No pronombres)

Fue después de una interacción con une extrañe en un ascensor mi segundo año con testosterona. Subimos 26 pisos en silencio. Cuando salí del ascensor, me dijo "tómalo con calma, hermano" ç Me di cuenta en ese momento de que yo era, para todos los efectos, solo un tipo, lo que se sintió extremadamente validador.

Mi profesor de inglés de la escuela secundaria asignó a mi clase un artículo sobre Rocco Kayiatos, quien se hacía llamar Katastrophe en ese momento. Todavía no tenía un lenguaje para mi transidad, ni siquiera me consideraba trans. Pero algo en el hecho de que mi profesor vio algo hermoso y valioso en Rocco, me ayudó a verlo en mí mismo como un joven queer. Rocco y yo nos conocimos más tarde en la universidad y todavía estamos en contacto hasta el día de hoy. Su existencia y supervivencia han sido un raro destello de cómo podría ser mi futuro y estoy agradecido de envejecer junto a él.

Creo que en realidad fue cuando era muy joven, antes de sentir demasiada presión para ajustarme a las expectativas de mi género asignadas al nacer. Veía a mi abuelo afeitarse la cara todas las mañanas cuando tenía alrededor de 4 o 5 años y yo también tenía muchas ganas de afeitarme la cara. A veces incluso me ponía crema de afeitar en la cara. Creo que mirándome al espejo y haciendo eso con él, podría verme como trans masculino. Incluso cuando ni siquiera era consciente de lo que eso significaba o era. No entendí ni descubrí mi transidad hasta mucho más adelante en mi vida, pero muchos momentos de mi infancia fueron portales a lo que me deparaba el futuro, simplemente no lo sabía entonces.

El momento fue cuando vi la portada de una revista Teen Cosmo donde decía “Yo era una niña” y la persona en la portada había comenzado su transición, su nombre era Lace y tenía que contactar a esta persona sin importar nada, y lo hice. Fue entonces cuando escuché por primera vez el término "transgénero" y Lace tuvo la amabilidad de guiarme a través de los pasos que debía seguir para llegar a donde estaba en ese momento. Crecí con muchos desafíos y contratiempos, pero tan pronto como comencé a abordar mis necesidades, el deseo de adormecerme y escapar disminuyó lentamente.

Vi por primera vez mi futuro como hombre trans cuando vi vídeos de un compositor griego llamado «Yianni» en la década de 1990. Me gustaba la forma en que se vestía Yianni y quería ser como él cuando fuera grande. Con el paso de los años, también ví a los hombres trans que vi en la revista OP como modelos a seguir para mi transición.

Cuando era niño, anhelaba tener el pelo corto. Esto fue recibido con dudas, pero conseguí lo que quería un par de veces. Aun así, no me sentía correcto. Me llevó años averiguar por qué.

Los cortes siempre fueron diseñados para «niñas» o «mujeres». Incluso siendo una persona queer, eso no me quedaba bien. Avanzamos rápidamente hasta 2018:había estado cuestionando mi identidad de género cuando me lancé y concerté una cita en un salón afirmante de género. Ya es bastante difícil para mí encontrar a alguien que pueda peinar mi cabello rizado y mucho menos de una manera que afirme mi género, pero tuve mucha suerte. Mirarme al espejo después del corte casi me hizo llorar porque por primera vez me sentí como yo. Más tarde me encontré con el término trans masculino que encajaba, bueno, perfectamente.

Tenía 18 años, apenas faltaba un mes para graduarme de la escuela secundaria. Había estado fuera como trans durante aproximadamente 2 años en este punto. Sentía muchas cosas…esperanza, desesperanza, preocupación, valentía, descuido. Luché por aceptar mi identidad y hacer frente a la discriminación. Era un niño asustado: 18 años, pero aún era un niño. Mi terapeuta me estaba ayudando a hacer malabarismos con todas las emociones conflictivas y a darle sentido a todo. Sabía que quería comenzar con T. Localizamos una clínica LGBTQ+ a unas 2 horas de distancia donde me podían evaluar para la TRH; algo que deseaba tanto.

Unas semanas más tarde, estaba en un tren que se dirigía a la ciudad para mi primera cita y mi primera receta de TRH. Recordé sentirme ansiosa, luego abrumada por la esperanza y la emoción por primera vez en mucho, mucho tiempo. Me imaginé mi yo futuro; ¿cómo se vería? ¿Tendría barba? ¿Una voz ronca? ¿Seguiría viniendo un cambio de nombre, o tal vez una mirada a la cirugía superior? Las posibilidades finalmente se sintieron infinitas. Podía ver el futuro; mi futuro como un hombre transgénero, feliz y resistente, y ya no tenía miedo.

Empecé a explorar la manera de sentir más presente en mi cuerpo día a día.

Como niño, nunca dudé de la manera en que otros se presentaron libremente, pero siempre me preguntaba cómo me presentaba y cómo no me sentía conectada la feminidad hasta que me pusiera en contacto con mi masculinidad.

El primer momento que me vi como un trans hombre es cuando vi el Fantasma de Fantasma de la ópera. Él describió tan bien mis condiciones bipolar y esquizofrenia. Yo me llamé después de él. Erik está vivo.

A pesar de que salí en la prepatoria, realmente vi mi futuro cuando pude ponerse en los t-shots. La transición médica tenía muchos baches para mí, y para ver finalmente los cambios que quería ver fue eufórica. Realmente me ayudó a imaginar cómo se vería el resto de mi vida, donde se me pudo ver cómo esté.

Sabía que era diferente como niño pero nunca vi mi futuro como hombre trans hasta tener 30 años. Decidí escaparme de mi matrimonio abusivo y vivir mi verdad.

El primer momento en que pude ver mi futuro como hombre trans fue cuando tenía 17 y fui a mi primer centro LGBTQ. Recuerdo que mi mejor amigue vino conmigo e hizo todas las preguntas que yo tenía miedo de hacer. Nunca había tenido a alguien que afirmara mis sentimientos de esa manera, hasta ese día, y que también me ayudara a entender cuál era realmente mi identidad trans. Tener a mi mejor amigue ahí para apoyarme realmente me dio la confianza que necesitaba para vivir plenamente en mi verdad.

La primera vez que me vi como una persona trans masculina fue de niñe. Usaba estos overoles todo el tiempo y, a medida que crecía, seguí sintiendo mayor felicidad cuando me revelaba contra lo que se esperaba que debía llevar puesto.

Tuve una sesión con mi sanadora que me hizo profundizar. Ella compartió conmigo que tan joven como el tercer trimestre en el útero de mi madre, tomé la decisión de nacer mujer al nacer para convertirme en un hombre trans no binario. Fue entonces cuando supe la verdad. Antes de eso, iba y venía y negaba o dudaba. A partir de ese momento, cuando me conecté con la versión feto de mí mismo, supe con certeza que soy un hombre trans no binario.

Para mí, no fue un gran evento. Creo que estaba en sexto grado en ese momento, así que no tenía más de 13 años. Todo lo que recuerdo es hablar con une amigue en línea por Skype que me explicó que era ser transgénero y me contó sobre su experienca. Mientras le escuchaba, me di cuenta de que yo también era trans, y lo acepté instantáneamente. Desde entonces me identifico como hombre y siempre me emocionó la perspectiva de convertirme en un hombre trans. Todavía no he comenzado la transición, pero la espero con ansias todos los días.

(Él, Cualquier pronombre)

Creo que siempre he sido como soy. Simplemente no tenía las palabras para ello hasta que fui mayor. Cofundó la Alianza Gay Heterosexual de mi escuela secundaria cuando era adolescente y creo que finalmente me ayudó a ser parte de una comunidad que podía entender algo de lo que estaba pasando.

El contestar esta pregunta es un poco loco, porque sinceramente antes de transicionar, no había tenido una visión de mi futuro yo. Una vez cuando tenía dos años en mi transición médica, me vi en el espejo y el mundo se detuvo por un momento porque sentí que una ola de alineación y paz se apoderaba de mí. Ahora me estoy enseñando a mi mismo que puedo tener cualquier futuro que quiera crear, y no estoy limitado a vivir en soledad.

Los primeros años que estuve en comunidad con otras personas trans y trabajando en mi propia identidad de género, la mayoría de las narrativas trans masculinas que encontré provenian de contextos negros o blancos. Si bien me sentí inspirado y estas historias resonaron mucho conmigo, el ser un hombre se presentó de una manera bastante binaria que no era consistente con mi experiencia y no podía mapearse claramente en mis etnias. No fue hasta que vi un documental llamado Kumu Hina en 2014 que cuenta la historia de Hina Wong-Kalu, une maestre y practicante cultural native de Hawái que es māhū, una palabra que se traduce como "medio", que comencé a creer que había un camino culturalmente específico y posible para que me diera cuenta y abrazara la masculinidad. Tomaría algunos años más identificar las formas en que quería encarnar eso, pero aprender sobre la historia de Hina y su trabajo fue sin duda un momento decisivo en el "convertirme" en mí para mí.

Cuando salí por primera vez de mi país de origen, donde es un crimen ser queer/trans, con más leyes en camino que van a limitar nuestra existencia y presentación.

En 2011, busqué en google si era posible que una mujer se convirtiera en hombre y encontré un video de YouTube de un hombre trans famoso y fue entonces cuando me di cuenta de que era posible para mí.

No hubo representación de hombres trans en mi vida hasta hace 10 años más o menos. En mi infancia, nunca vi mi vida como un rol que pertenece a la mayoría de las mujeres cisgénero. En mi infancia me veía a mí mismo como un hombre. No fue hasta que descubrí una comunidad de hombres trans en YouTube. Retransmití la mayoría de las historias. Solía creer en esta ideología de que estoy atrapado en el cuerpo equivocado. Sin embargo, últimamente me di cuenta de que nací transgénero. No hubo ningún incidente o experiencia relacionado con el trauma que me haya llevado a este punto, esto es lo que siempre he sido.

Aún estaba encerrado(en el closet) y asistía a la universidad. Tenía un curso relacionado con la biología donde mi profesore era transgénero. Mi profesore fue la primera persona abiertamente transgénero que conocí en mi vida. Elle había hecho la transición un poco más adelante en la vida, pero había seguido adelante, con una carrera maravillosa y siendo genuinamente une excelente mentore y maestre. Fue una comprensión lenta en el transcurso de los dos semestres que asistí a su clase, pero realmente comencé a hacer planes para mi futuro en lugar de asumir que sucumbiría a mi depresión bastante grave y otros problemas de salud mental. Finalmente, todo quedó claro para mí cuando me transfirieron a la universidad y decidí cortarme el cabello y usar una carpeta por primera vez. Me puse mi camiseta favorita y lloré cuando finalmente me vi a mí mismo y que lo iba a lograr.

Durante la cena, une amigue me dijo casualmente “sí, creo que eres trans”. Ni siquiera había pensado que esa fuera una posibilidad. Sabía que no me sentía mujer. Pero no sabía que podía ser un hombre.

(No pronombres)

Fue después de una interacción con une extrañe en un ascensor mi segundo año con testosterona. Subimos 26 pisos en silencio. Cuando salí del ascensor, me dijo "tómalo con calma, hermano" ç Me di cuenta en ese momento de que yo era, para todos los efectos, solo un tipo, lo que se sintió extremadamente validador.

Dibujos por Joey Borrelli.